
No hace falta que te diga que la productividad en tiempos de cuarentena puede variar minuto a minuto. Es más o menos como las noticias. Yo particularmente me siento en una montaña rusa de sensaciones y mi productividad está más que afectada.
Aunque estoy acostumbrada a estar adentro, trabajando sola frente a mi ordenador, este momento no está siendo nada fácil. Pero no me siento sola. He hablado con muchos colegas que están en la misma que yo.
De repente, muchos de los que trabajamos con algo relacionado al mundo creativo y que estamos acostumbrados a producir, producir, producir nos encontramos estancados, sin saber qué decir, cómo actuar, cómo adaptarnos a una rutina que se vio afectada. Mientras tanto, quiénes tienen una vida tradicional, con sus trabajos fuera de casa y horarios bien marcados por obligaciones, se pasan estos días haciendo una cosa tras otra. Se dio vuelta la tortilla.
Eso es algo que más que preocuparme, me inspira. Me parece genial cómo están aprovechando su tiempo todos aquellos que no suelen tener la libertad que tenemos quienes trabajamos desde casa como norma. Estoy segura de que cuando todo esto termine empezaremos a valorar el tiempo (y cómo lo ocupamos) de otra manera.
Pero hay algo que sí me está haciendo mucho ruido estos días y es esa constante necesidad que tienen algunos de decirle a todo el mundo que si no hacés esto, aquello o lo otro es porque eres un indisciplinado. Vamos, que ya estoy un poco cansada del mensajito de que Isaac Newton escribió la teoría de la gravedad estando encerrado.

¿Qué les pasa a todos? ¿Qué necesidad hay de hacer sentir mal al que la cuarentena le agarró para el lado de querer ver Netflix todo el día y no salir de la cama?
Me parece importante que tengamos en cuenta que estamos viviendo un hecho sin precedentes para estas generaciones. Y esto hace que no resulte tan fácil controlar nuestras emociones. No hay una regla que dice que tenemos que llevar al máximo nuestra productividad en tiempos de cuarentena.
Así como no hay nada que nos obligue a sentirnos felices todo el tiempo y con ganas de hacer cosas, tampoco hay una ley que diga que no podemos sentirnos desganados, tristes y totalmente improductivos.
De hecho, no hacer nada también es necesario.
Piensa en esto:
¿Cuántas veces te has quejado porque no tenías tiempo de echarte en la cama para mirar una película o una serie?
¿Cuántas veces has imaginado tener un rato para echarte una buena siesta?
¿Cuántas veces te hubiera gustado pasarte el día entero en pijama escuchando música y nada más?

Imagen: Héctor Anzalas
Deja de sentir que tienes la obligación de hacer algo productivo solo para complacer a los demás. Aprovecha el tiempo extra que nos ofrece la situación para sentirte bien contigo misma.
Y si para eso tienes que pasar todos tus días de confinamiento mirando Netflix, pues que así sea. Pero no dejes que nadie te haga sentir menos por no hacer clases de yoga, cocinar todos los días un plato distinto, leer dos libros a la semana o remodelar la casa.

Recuerda que no todo lo que brilla es oro y no todo lo que vemos en las redes sociales cierto. Y si te agobia ver que todos están en su casa haciendo cosas, no tienes más que desconectarte por unos días para volver a conectarte con tus necesidades.
Tranquila, esto también pasará. Tarde o temprano, todo volverá a la normalidad.
Si quieres contarme cómo estás viviendo tu productividad en tiempos de cuarentena, estaré encantada de leerte.
Un beso,
Maru