El pensamiento positivo, o Positive Mindset (en inglés) tiene grandes beneficios para tu vida y, puede cambiarla por completo.
Pero…. ¿por qué es tan importante hacer ese cambio de chip? ¿Cómo podés eliminar los pensamientos negativos? O mejor, ¿cómo se pueden transformar los pensamientos negativos en pensamientos positivos?
Para empezar, la mente tiene un poder muy grande sobre nosotros. A veces incluso no somos plenamente conscientes de ello y por eso le permitimos hacer con nosotros lo que quiere. Siendo completamente honestos, muchas veces nos maneja como títeres.
Este es el motivo por el cual es necesario que entendamos, primero qué son los pensamientos positivos y cuáles son sus beneficios; para después empezar a trabajar en la forma en que pensamos y cómo cambiarla.
¿Estás listo? Empezamos…

Entonces, ¿Qué es el pensamiento positivo?
El pensamiento positivo es una práctica que nos permite enfocarnos en el lado bueno de cada situación. En otras palabras, se trata de ver el vaso medio lleno, aún cuando parece estar medio vacío.
Si te ponés a pensar, todo lo que sentimos es fruto de nuestros pensamientos. Las sensaciones o las emociones no son más que una reacción a nuestros pensamientos. El pensamiento que tenés ante un estímulo determinado, te hace reaccionar de una forma u otra frente a eso que está pasando.
Otra vez, tenemos dos formas de ver la vida. Dos formas de reaccionar frente a lo que nos pasa.
Somos nosotros quienes elegimos cómo hacerlo.
Ser capaz de entender esto es fundamental, al menos para mí. Y te puedo asegurar que a mí me cambió la vida tomar consciencia de que nuestras reacciones son una opción.
No te voy a decir que hacer ese cambio de mentalidad es fácil. Hemos educado a nuestra mente durante años a responder de una forma u otra ante determinadas situaciones.
Pero que sea un trabajo que requiere esfuerzo, compromiso y tiempo no significa que sea algo imposible de conseguir.
Seguramente habrás escuchado hablar de cómo una mentalidad positiva, un POSITIVE MINDSET, tiene poderes curativos muy grandes, incluso en personas con enfermedades terminales por ejemplo.
Además, la ciencia ha comprobado que el pensamiento positivo tiene la habilidad de cambiar nuestra genética. De esto se trata la neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene nuestro cerebro de cambiar su estructura de acuerdo a nuestros pensamientos.
Si tu actitud frente a la vida es con reacciones negativas, que te hacen sentir mal, tu mente se va adaptando para vibrar en esa frecuencia. En cambio, si te parás con pensamientos positivos y una actitud de bienestar, tu mente se irá moldeando para vivir en sintonía con tu forma de pensar.
La manera en que nos paramos frente a la vida marca la diferencia.
“El pensamiento positivo es algo más que un eslogan. Cambia la forma en la que nos comportamos. Creo firmemente que cuando soy positivo, soy mejor y hago mejores a los demás”
Harvey Mackay
¿Cuáles son los beneficios del pensamiento positivo?
Hay varios estudios que demuestran que el pensamiento positivo tiene beneficios no solo en nuestra salud mental sino también en la salud física.
Las personas que tienen una actitud positiva frente a la vida tienden a manejar el estrés de una forma mucho más saludable y optimista que una persona cuyos pensamientos son mayoritariamente negativos.
Saber manejar el estrés de una forma más amigable con nosotros mismos, nos ayuda también a reducir todos los dolores y malestares generados por el estrés. Esto, a su vez, nos ayuda a mantener un nivel más bajo en nuestra presión arterial, a estar menos expuestos a enfermedades (incluso a las más comunes, como un simple resfrío) e incluso a tener menos probabilidades de sufrir un ataque al corazón.
Los pensamientos positivos, ese ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, nos hace también más tolerantes al dolor. Sabemos que las sensaciones que sentimos en nuestro cuerpo son producto de la reacción de nuestro cuerpo a los pensamientos que generamos, y con el simple hecho de transformarlos (de negativos a positivos) podemos cambiar muchas cosas.
Todos estos beneficios del pensamiento positivo se pueden englobar en un cuerpo y una mente más saludables, y una expectativa de vida más larga.
Ahora que ya sabés esto, vamos a aprender ahora qué puedes hacer para cambiar tus pensamientos negativos por positivos.

¿Cómo se puede entrenar la mente para tener pensamientos positivos?
Hay varios ejercicios que podés realizar para tener una mente positiva y todos, son super fáciles y al alcance de tu mano. A continuación, te dejo 7 ideas que podés poner en práctica para cambiar tus pensamientos negativos por positivos.
Enfocáte en tus fortalezas
A veces de forma consciente, otras tantas de manera inconsciente, nos enfocamos más en nuestras debilidades que en nuestras fortalezas.
Esto es básicamente lo mismo que decir que estamos continuamente creando pensamientos negativos sobre nosotros mismos, en lugar de ocuparnos de cuidarnos y mirarnos de forma positiva.
Pensá en todas las veces que dijiste “no puedo”, “yo no sirvo para esto”, “soy malo/a en tal cosa”, “eso no es para mí”.
Son muchas, ¿no?
Empezá a enfocar tu energía en tus habilidades y aptitudes; y olvidate de todo lo demás. Vas a ver como todo empieza a fluir de forma diferente alrededor tuyo.
También podés probar de cambiar esos pensamientos, buscándole una vuelta. Por ejemplo, en lugar de decir “no puedo” decí “voy a intentarlo”; en lugar de decir “yo no sirvo para esto” decí “todo se puede aprender” y un sinfín de etcéteras.
Sonreí más
Quizás no lo sepas, pero la sonrisa es tu mejor aliada. Hay pruebas científicas que demuestran que incluso fingir una sonrisa mientras te sentís estresado puede afectar de una forma muy positiva a tu estado de ánimo. Obviamente, sonreír de forma honesta y genuina es todavía mucho más poderoso.
Sonreíle a la vida. Sonreí con la vida.
Charlie Chaplin decía que un día sin sonrisa es un día perdido. No pierdas ni un día de tu vida y usá este gesto tan simple pero eficaz, para empezar a cambiar tu forma de ver la vida.
Agradecé
Nunca me voy a cansar de repetirlo: practicar la gratitud es uno de los mejores hábitos que podés tener en tu vida.
La gratitud te ayuda a enfocarte en la abundancia que hay en tu vida. Te ayuda a enfocarte en las cosas más pequeñas y más simples.
Como te comentaba antes, el pensamiento positivo te ayuda a crear la vida que querés. Y es por eso, que el pensamiento positivo sumado al hábito de agradecer por todo lo que tenés es muy, pero muy, poderoso.
Lo que sentís es lo que creás. Podemos hablar de la manifestación en otro momento, pero esto es muy cierto. Para recibir cosas buenas, primero tenemos que ser agradecidos por lo que ya tenemos.
Mi recomendación es llevar un registro de esas cosas por las que querés agradecer en un diario. Primero porque lo hace más divertido, segundo porque te permite plasmar y dejar en evidencia todas esas cosas buenas que te pasan y, tercero porque te permite ver la vida en retrospectiva.
Si te animás a empezar a agradecer y a convertir esta práctica en un hábito, te invito a descargar mi Diario de Gratitud de 30 días. Lo podés imprimir o completar directamente desde un dispositivo que lea PDFs. Y si te animás a compartir tu progreso, también podés hacerlo en tus stories de Instagram etiquetándome (@marumuttiok) para que pueda compartirlo con esta preciosa comunidad.
Meditá
La meditación es una herramienta ideal para entrenar tu mente y cambiar los pensamientos negativos por los positivos.
No necesitás dedicarle mucho tiempo al día (aunque obvio, cuanto más medites más beneficios tendrás), lo importante es hacer el espacio en tu día para estar a solas con vos mismo y regalarte ese momento.
Olvidate de ese mito de que meditar es poner la mente en blanco. Los pensamientos van a aparecer uno tras otro, sin parar. Justamente, es esto lo que te va a ayudar.
La meditación te enseña a observar tus pensamientos y a no juzgarlos, a no reaccionar. Los pensamientos son solo eso, pensamientos. No son la realidad, no son el futuro.
Aprender a controlar tus pensamientos te ayudará a tener esa mentalidad positiva que buscás en tu vida.
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Divertite
Es hora de asumirlo: no podés estar todo el tiempo haciendo cosas. Por algún motivo, nos hicieron creer que estar ocupado es sinónimo de ser productivo y en la sociedad en la que vivimos, parece que tenemos que estar todo el día dándolo todo.
Pero no. Necesitás tener tiempo para divertirte.
Hacé cosas que te hagan sentir bien, cosas que te gusten… regaláte tiempo para tus hobbies, tus pasatiempos.
Cuando somos niños tenemos tiempo para jugar y divertirnos casi todo el tiempo. Ahora, de adultos, tenemos otras responsabilidades y a veces parece que las 24 horas del día no son suficiente. Pero aún así, es necesario que dediques tiempo para tu niño interior, que le alimentes esas ganas de vivir, de pasarla bien, de hacer cosas porque sí.
Cuidá tus palabras
La forma en que nos hablamos a nosotros mismos puede cambiarlo todo. Así como también la forma en la que le hablamos a los demás.
Esta idea, tomada del libro “Los 4 acuerdos” de Miguel Ruiz, nos dice que tenemos que honrar lo que decimos y hacerlo con seguridad.
Debemos recordar, siempre, que nuestras palabras nos representan. Dice mucho de quien somos y hacia donde vamos.
Así como sabés que tenés que hablarle con respeto y amor a las personas con las que te cruzás en el camino, lo más importante es también aplicar esto hacia vos mismo.
Hablarte con cariño, paciencia y compasión te ayudará a cambiar tus pensamientos negativos por positivos con mucha más facilidad.
Usá afirmaciones
Las afirmaciones son una herramienta muy poderosa para ayudarnos a crear la realidad que queremos. Por medio de las afirmaciones creamos una estructura de la forma en la que vemos el mundo y también reconfirmamos todo aquello que pensamos.
Usar afirmaciones nos permite de forma consciente hacer lo que hacemos, muchas veces de forma inconsciente: repetirnos a nosotros mismos quienes somos, de qué somos capaces y qué podemos conseguir.
Como en el punto anterior, la forma en que utilizamos nuestras palabras influyen de forma directa en si nuestros pensamientos son positivos o negativos. De la misma forma, la forma en la que nos repetimos las cosas, moldean nuestro inconsciente y nos hacen creer en aquello que nos repetimos.
Por esta razón, utilizar afirmaciones puede ayudar a cambiar tu mindset y entrenar tu mente para tener pensamientos positivos.
Lo creas o no, está comprobado que nuestros pensamientos crean nuestra realidad. Por eso es importante trabajar en ellos.
Si querés probar la técnica de las afirmaciones, te recomiendo tomarte 6 minutos cada mañana y hacer, por lo menos durante 21 días, esta meditación de afirmaciones “Yo soy”. (Si lo preferís, también podés encontrarla en Youtube y ¡sin publicidad!)
Vas a ver cómo elevás tus vibraciones de energía y todo empieza a cambiar dentro tuyo.

Algunas ideas para reducir los pensamientos negativos
Así como anteriormente viste que hay ejercicios para cambiar tus pensamientos negativos por positivos, también hay algunos pequeños cambios que podés empezar a implementar hoy mismo para reducir los pensamientos que bajan tu frecuencia energética.
A continuación te doy algunos ejemplos:
Evitar el perfeccionismo
Aunque muchos creen que el perfeccionismo es algo bueno, en realidad solo genera frustración y, muchas veces, nos impide alcanzar nuestros objetivos. La perfección no existe, dejá de perder tiempo buscándola.
Basta de culpar a otros
Culpar a otros no tiene ningún sentido. Es hora de que empecemos a tomar responsabilidad por nuestros actos y reconocer nuestros errores.
Eso sí, tampoco podemos culparnos de todo. Hay situaciones que escapan de nuestro control y no podemos tomarlo todo como algo personal (de esto también hablan “Los 4 Acuerdos” de Miguel Ruiz).
Poner fin a la exageración
La naturaleza humana nos hace exagerar como deporte. Solemos magnificarlo todo y así, hacemos de un problema diminuto una catástrofe mundial.
Tenemos que aprender a relajarnos y permitir que los problemas pequeños se mantengan pequeños. No solucionamos nada con hacerlos más grande, por el contrario solo nos generamos malestar, estrés y preocupación. Completamente innecesario.
No todo es blanco o negro
Aunque a veces lo olvidemos, en la vida también hay grises. No podemos irnos siempre a los extremos y ver todo como bueno o malo.
El equilibrio es la base de una vida simple, sana y feliz. Enfoquémonos en encontrarlo.
Dejá de consumir negatividad
El ejemplo más claro y cercano que nos genera una energía negativa son las noticias. No te digo que dejes de estar informado, pero sí que es necesario poner límites. ¿O acaso te parece necesario escuchar las noticias en loop todo el día? Después de todo, después de unas cuantas noticias vuelven a repetirlo todo una y otra vez.
Yo decidí hace varios años dejar de consumir noticias (con una breve recaída al inicio de la pandemia, debo confesar) y no por eso dejo de estar enterada de lo que pasa en el mundo. Siempre hay alguien alrededor que puede contarme lo más importante y lo que es mejor, ¡resumido!
Pero no solo aplica a los noticieros o los periódicos, también a la gente de tu entorno que te genera sentimientos desagradables o incluso hábitos que no contribuyen a tu bienestar.
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Es natural que el proceso de cambiar la forma en que fluyen nuestros pensamientos no suceda de un día para el otro. Después de todo, llevamos años educando a nuestra mente de una forma y hay que entender que la re-educación lleva tiempo.
No tenemos que frustrarnos por esto, por el contrario, tenemos que aceptarlo y continuar. No bajar los brazos.
Recordá que como dijo Lao Tsé, un viaje de mil millas comienza con el primer paso. Pues una mente con pensamientos positivos, comienza con el tomar consciencia de los pensamientos negativos que tenemos y actuar en consecuencia.
¿Sos una persona de pensamiento positivo o negativo? ¡Me encantaría leerte!
* Foto de portada: Edu Lauton en Unsplash
1 comentario
Excelente me prendo