¿Querés comenzar a meditar pero no sabés muy bien cómo empezar? Si es así, seguí leyendo.

La meditación está ganando cada vez más popularidad y, sabés que me encanta hablar de este tema porque lo viví en carne propia. No me voy a cansar de repetirlo: la meditación me cambió la vida.
Pero como estuve también en tu lugar, sé que empezar puede resultar un poco intimidante. Me acuerdo de como, yo misma, hace unos casi 10 años atrás me pasé horas en Google tipeando una y otra vez: “cómo puedo comenzar a meditar”.
Por eso no quiero que te preocupes por nada, y que si de verdad querés empezar a meditar puedas hacerlo cuanto antes y sin miedos.
Antes que nada, me parece importante que conozcas un poco más sobre esta práctica así que te recomiendo que leas el artículo “Qué es la meditación” si todavía no lo hiciste.
Algunos consejos para que puedas comenzar a meditar hoy mismo
Ya sea que estés buscando una manera de reducir el estrés y la ansiedad, mejorar tu concentración, o simplemente encontrar un momento de tranquilidad en un mundo cada vez más caótico, la meditación es una herramienta increíble que puede ayudarte a lograrlo.
A continuación, te dejo 10 consejos que seguro te van a venir genial.
- Encontrá un lugar tranquilo
Es importante que tengas un lugar donde puedas sentarte y concentrarte sin distracciones. Puede ser en tu casa, en un parque o en cualquier lugar donde te sientas cómodo.
Dicho esto, debo serte sincera y decirte que, idealmente, para comenzar a meditar lo ideal es que sea en un espacio interno ya que en el exterior puede resultarte más difícil mantener el foco.
- Elegí una postura cómoda
No es necesario sentarse en la postura de loto para meditar (¡hasta a mí me resulta incómoda algunas veces!). Podés sentarte en una silla, acostarte en tu cama o incluso meditar caminando.
Lo importante es que estés cómodo y que tu espalda esté recta (esto último es CLAVE!).
- Establecé una hora regular
Podés meditar por la mañana, por la tarde o por la noche. Lo importante es que ea una hora en la que te sientas relajado y no tengas interrupciones.
Al establecer una hora en concreto, estarás creando un hábito y será más fácil incorporar la meditación en tu rutina diaria.
Sin embargo, aquí viene mi confesión. Este consejo está bueno, pero es cierto que no sirve para todos. A mí, por ejemplo, elegir una hora en concreto muchas veces me resulta difícil porque mis días no son siempre iguales. Si elegir una hora determinada para la meditación va a hacer que te frustres o que abandones antes de tiempo porque “un día no pudiste meditar a esa hora”, sentíte libre de descartar este consejo.
- Fijá una duración para tu meditación
Empezá con unos pocos minutos al día y aumentá gradualmente el tiempo a medida que te sientas más cómodo.
Podés meditar durante 5 minutos al día o durante una hora si eso es lo que preferís.
De este tema – de la cantidad de tiempo que meditamos – te conté más específicamente en el video en el que expliqué cómo pude comenzar a meditar como hábito.
- Usá un temporizador
Puede ser fácil perder la noción del tiempo mientras meditás (tanto para bien como para mal), por lo que te recomiendo usar un temporizador para que te puedas concentrar en meditar en lugar de preocuparte por el tiempo.
Justamente fue esta funcionalidad la que me hizo enamorarme de Insight Timer cuando la conocí allá por el 2017. Así que si necesitás de un timer te recomiendo descargarla ahora mismo.
- Enfocáte en tu respiración
La respiración es una excelente manera de enfocarte y dejar de lado tus pensamientos.
Simplemente observá cómo entra y sale el aire de tus pulmones. Si te distraés, que es lo más probable, simplemente volvé a enfocarte en tu respiración.
- No te compares con los demás
Esto es realmente muy, pero muy importante. Cada persona tiene su propio ritmo y su propia forma de meditar.
No te compares con los demás y no te sientas mal si al principio te cuesta más meditar que a otras personas. Es totalmente normal y está bien que así sea.
- Aceptá tus pensamientos
Es absolutamente normal que la mente divague mientras meditás. Aceptá tus pensamientos y no te sientas mal si tu mente se distrae.
Cuando esto pase, simplemente, volvé – con dulzura y amabilidad – a concentrarte en tu respiración.
- No te rindas
Meditar puede ser difícil al principio, especialmente si tenés mucho en qué pensar.
Pero con la práctica, te vas a ir sintiendo más cómodo y te será más fácil dejar de lado tus pensamientos y concentrarte en la respiración.
Lo importante es que te tengas mucha paciencia y te trates con mucho amor.
- Probá con diferentes técnicas de meditación
Hay muchas técnicas de meditación diferentes, como la meditación de atención plena (mindfulness), la meditación de visualización y la meditación Vipassana, por ejemplo.
Experimentá con diferentes técnicas hasta encontrar cuáles son las que te hacen sentir más cómodo y conectado con vos mismo.
Con estos consejos, espero haberte ayudado un poquito a comenzar tu práctica de meditación.
Recordá ser paciente y tener en cuenta que meditar es un proceso y requiere tiempo. Con la práctica, vas a notar cómo tu mente se vuelve más tranquila y tu cuerpo se relaja, y poco a poco podrás disfrutar de todos los beneficios de la meditación.
“La meditación es un viaje hacia adentro, y comenzar a meditar es dar el primer paso en ese viaje. No importa quién eres o de dónde vienes, todos pueden comenzar a meditar y experimentar los beneficios y transformaciones personales que conlleva.”
Jack Kornfield, autor y maestro de meditación budista.