¿Eres de los que tienen una tendencia inevitable a acumular?
¿Tienes cosas duplicadas sin saber por qué?
¿Compras y compras por el solo hecho de hacerlo?
Hoy te quiero hablar de una regla que cambiará tu vida para siempre. Es una regla bien simple, fácil y aplicable a todos los aspectos de tu vida que te permitirá decirle basta a esa sensación de querer más, más y más. Si esto no es minimalismo aplicado, pues yo no sé qué es.
Creo que la principal razón por la que mucha gente es reticente al minimalismo es porque no lo entienden. O mejor dicho, porque tienen una idea equivocada de lo que es el minimalismo realmente.
No se los puede culpar, yo misma pensaba en este concepto como algo diferente antes de realmente entender cuál era la idea principal, el trasfondo de tener un estilo de vida minimalista.
Si empiezas a usarla de manera correcta y constante, la regla de los dos minutos te cambiará la vida.
Bueno, no sé si te la va a cambiar en el sentido literal de la palabra, pero seguramente te la hará mucho más fácil.
Me topé con el concepto de trade-off justo el día en que, sin saberlo, iba a tener que aplicarlo. No tenía muy claro que significaba, no te voy a mentir. Así que tuve que dejar de leer para ir al diccionario (Google, obvio) y entender de qué se trataba.
En la segunda semana de este experimento de 30 días sin redes sociales te di una pista de que la tercera tenía que ver con aceptar. Aceptar todo eso que necesitaba soltar, aceptar cuáles son mis prioridades, aceptar que no todo siempre sale como uno lo planea, aceptar que los cambios son tan necesarios como inevitables.
La segunda semana sin redes sociales fue bastante distinta a la primera, pero también tuvo su palabra: soltar. Pero antes de contarte por qué y a qué conclusiones me llevó, quiero explicarte un poco qué fue lo diferente.
Mi primera semana de desintoxicación digital fue más simple de lo que pensaba. Y también muy reveladora. Pero no en el sentido de darme cuenta de lo mucho que necesito desconectarme de ese mundo de relaciones virtuales, falsos mundos perfectos y vidas de desconocidos. Si no también, porque me hizo pensar mucho en mis prioridades.
