
En la segunda semana de este experimento de 30 días sin redes sociales te di una pista de que la tercera tenía que ver con aceptar. Aceptar todo eso que necesitaba soltar, aceptar cuáles son mis prioridades, aceptar que no todo siempre sale como uno lo planea, aceptar que los cambios son tan necesarios como inevitables.
De todo eso se trató la tercera semana de esta desintoxicación digital. Y todo eso, a su vez, me hizo acordar de lo primero que aprendí en mi primer curso de meditación Vipassana: todo es impermanente. Creo que ese debería ser mi mantra personal. Cuando me olvido de eso todo parece más difícil de lo que en verdad debería ser.
La cuestión es que aceptar a veces puede ser tan o incluso más difícil que el mismo hecho de soltar. Y puede incluir muchas lágrimas y quizás también unas cuantas copas de vino tinto. Y ahí el ciclo de soltar-aceptar parece un círculo vicioso que, cuando termina, es completamente liberador.

Y ese priorizar – aceptar – soltar – aceptar se fue repitiendo bastante a lo largo de esa tercera semana del experimento, pero creo que también es un proceso que se repite siempre, a lo largo de nuestra vida. Incluso el orden puede variar. Porque en algún punto, creo que primero es necesario aceptar que ciertas cosas ya no forman parte de tus prioridades para poder dejarlas ir, para poder soltarlas. Y después de soltarlas, hay que aceptar esa decisión y aprender a convivir con ella.
Decisión. Esa palabra también forma parte del proceso, claro está.
La tercera semana me reconfirmó, también, ese pensamiento de que todo pasa por algo. Empecé a leer un libro que hacía un tiempo quería leer (Esencialismo, de Greg McKeown) y lo hice en el momento justo que tenía que hacerlo.
En una parte del libro Greg habla sobre los trade-off y plantea una pregunta super interesante qué tenemos que hacernos cuando tenemos que tomar una decisión: ¿cuál es el problema que quiero tener?
Y para mí, fue perfecto. Esa semana tuve que enfrentarme a una decisión importante, de esas que te obligan a jugártela a todo o nada. Y ese capítulo de Esencialismo, esa pregunta, me ayudaron muchísimo a analizar lo que quería (prioridad) para dejar ir lo que no quería (soltar) y entender que, si las cosas no salían como lo había planeado al menos había apostado por lo que quería (aceptar).
Por eso, quiero invitarte a reflexionar conmigo y qué analices cuáles son las cosas que necesitas aceptar en tu vida hoy. Pueden ser cosas minúsculas, pueden ser cosas más grandes. No importa lo que sea, si es importante en tu vida, si está ocupando un espacio en tu mente, ya es suficiente.
Como siempre, si quieres contarme tus reflexiones en los comentarios, estaré encantada de leerte.
Un beso,
Maru
Este artículo forma parte del experimento 30 días sin redes sociales.